El invierno también es para el caravaning

El invierno también es para el caravaning

En España, tenemos una visión del camping muy particular. Para muchos, posiblemente una gran mayoría, en otoño es el momento de guardar la caravana a buen recaudo hasta que, cuando llegue la primavera, volver a disfrutar de este modo de viaje que tanto nos gusta. Al igual que tituló Fernán Gómez, “Las bicicletas son para el verano”, aquí también abunda la idea de que “las caravanas son para el verano”. La proliferación de las autocaravanas y camper, que facilitan el tenerlas aparcadas “a mano” y resultan más cómodas para una salida de fin de semana, hacen que cada vez sea más normal ver por las carreteras estos vehículos, aunque sea pleno invierno, pero nos falta mucho para normalizar su uso durante todo el año.

Una muestra del poco hábito de camping invernal que tenemos en España es que, en algunas zonas, es difícil encontrar un camping abierto a cien kilómetros a la redonda, durante el invierno. El principal motivo es que no es viable mantenerlos operativos sin clientes, o con uno o dos en un fin de semana. Hasta la llegada del turismo rural, muchas zonas apartadas de las grandes ciudades o centros turísticas permanecían totalmente olvidadas durante el largo invierno, pero la proliferación de casas rurales, y sus atractivas chimeneas, permitió dar algo de vida. Aunque depende mucho de las zonas, en España contamos con más de medio año con temperaturas cálidas o, al menos, templadas, y la gran parte de nuestro disfrute campista lo centramos en la vida al aire libre. Habitualmente, no tenemos preparadas las caravanas para el frío, y nos conformamos con disfrutar de ellas los meses con temperaturas más benignas. Pero el camping tiene más vida durante todo el año, independientemente de nuestros particulares hábitos.

 

El camping en los países fríos

Si viajamos a los países nórdicos, donde hemos podido comprobar que incluso en pleno agosto, cuando cae el sol, se nota un fresco que roza el frío, sorprende cómo tienen sus instalaciones preparadas para todo el año. Además de los espacios al aire libre, habitualmente protegidos por hileras de paravientos, en los que no falta su barbacoa para aprovechar una festiva comida en los momentos soleados, las caravanas siempre cuentan con avances, de dimensiones mucho mayores de lo que por nuestras latitudes estamos acostumbrados a ver, perfectamente acondicionados por dentro, con calefacción, e incluso hilo radiante en el suelo, y que permiten pasar largos ratos resguardados del frío manteniendo una charla con los vecinos. Hemos podido comprobar en estos países, cómo es muy normal tener la caravana fija durante todo el año en un camping, dándole un uso continuado en cualquier época, y desplazándose con ella en vacaciones a lugares no excesivamente lejanos.

Autocaravana con avance de invierno

Nos resulta curioso ver, en verano, cómo en países como Dinamarca hay un tráfico de caravanas mucho mayor del que se puede ver en España en pleno mes de julio o agosto. Pero si comparamos las cifras del parque de caravanas y autocaravanas en los países europeos, que publicamos en el pasado número de otoño de la revista, cualquiera de los escandinavos nos triplica, e incluso quintuplica, en vehículos por número de habitantes de los que tenemos en España. Por ejemplo, Suecia, con poco más de diez millones de habitantes, tiene un parque de caravanas y autocaravanas mayor que el de España, lo que muestra que para ellos el frío no es un impedimento para disfrutar de los espacios abiertos. Teniendo en cuenta que, en el sur de Suecia, es anecdótico pasar de los 21-22º C en el mes de julio (sus máximas habituales), y que no suelen superar los 15º C durante las noches, en las épocas más cálidas, puede compararse con las nuestras en el centro de la primavera o el otoño. Este hecho obliga a que se adapten los usos al frío si se quiere disfrutar de la vida campista más allá del mes o mes y medio que disponen con temperaturas que permiten ir en manga corta. Siendo conocedores de estas circunstancias, junto con una tradición por el mundo del camping que viene de más antiguo, y una prolongada adaptación a las bajas temperaturas que nos les condiciona para hacer vida exterior, podemos entender cómo hay tantos campings que permanecen abiertos todo el año, con público pasando días libres y fines de semana, e incluso pequeñas temporadas si no tienen otras ocupaciones. Eso sí, con grandes caravanas, perfectamente equipadas y con aislantes, junto con avances preparados para climas fríos, y muy espaciosos, como los Isabella Penta y Villa, que se ven constantemente por los campings escandinavos, y que permiten una vida campista algo distinta a la que para nosotros es habitual.

Avance Penta de Isabella

No hace falta irse a latitudes tan extremas para sufrir los rigores del frío, basta con irse a la mitad norte de nuestra vecina Francia, o a cualquiera de los países de ese entorno, donde también existe esta afición por el camping. En Centroeuropa, la aparición de las primeras caravanas, hace cerca de un siglo, permitió, en principio solo a clases acomodadas, contar con un lugar de resguardo, e incluso para pernoctar, muy útil teniendo un clima más fresco y cambiante. Esta afición fue creciendo y perfeccionándose con el tiempo hasta que en nuestros días se ha convertido en una forma de viajar muy popular y normalizada que cala en casi todos los estratos sociales. Es por ello que las gamas de caravanas que más se venden en estos países, y que no suelen llegar muchas aquí por nuestras diferencias de clima, incluyen las comodidades necesarias para usarlas todo el año, y a las temperaturas que para ellos son las habituales. Algo que también abunda en los campings según se viaja hacia el norte son los espacios comunes que incluyen mesas, cocinas, frigoríficos, fregaderos y todo lo necesario para preparar comidas y compartir sobremesas con los demás vecinos campistas. Estos espacios, perfectamente aclimatados y habitualmente con grandes ventanales que muestran el exterior sin pasar frío, son una alternativa muy práctica para los días que el tiempo no acompaña, y esto también se traslada a otros espacios como son parques infantiles cubiertos, pequeñas salas de cine, salas de juegos y otros muchos lugares preparados para disfrutar del ocio adaptados a las bajas temperaturas.

Salón social con cocinas en camping Ribe (Dinamarca) Salón social con cocinas en camping Ribe (Dinamarca) Salón social con cocinas en camping Ribe (Dinamarca)

Si viajas a cualquiera de estos países, ya sea verano, y más en invierno, debes tener en cuenta si tu vehículo está preparado para ello, cuenta con un aislamiento suficiente, la calefacción adecuada y algunos accesorios importantes como un avance de invierno, que sirva de paso intermedio entre el frío exterior y una caravana caldeada. En invierno, puedes tener algunas nevadas, pero también en verano, por las noches, se alcanzan temperaturas bastante bajas. Aunque en España no está permitida la circulación de vehículos articulados en cuanto la calzada comienza a cubrirse de nieve, en los países en los que son habituales las nevadas sí es posible, aunque cada uno tiene sus normas, pero también se requiere, a partir de ciertas fechas, la circulación con neumáticos de invierno, o con clavos, independientemente del estado de las carreteras, algo importante a tener en cuenta antes de iniciar el viaje.

 

Viajar con caravana para esquiar

Como ya hemos publicado en otras ocasiones, uno de los usos que se le puede dar a tu caravana en invierno es el de alojarse durante tus viajes para esquiar. Cerca de casi todas las estaciones de esquí españolas hay campings abiertos en la temporada de invierno. Pero en nuestro país no existen campings a pie de pistas como sí ocurre con hoteles y apartamentos. Aunque algunos campings ofrecen servicio de transporte, o tienen parada de transporte público a la estación, lo habitual es tenerte que desplazar a las pistas con tu propio vehículo. Paulatinamente, se van creando aparcamientos para autocaravanas y campers en las estaciones de esquí (para caravanas todavía no hemos localizado ninguna), pero no en todas se permite la pernocta, más cuando, como ya ha ocurrido en algunas estaciones, al inicio de la temporada han estacionado de manera permanente autocaravanas y campers como alojamiento estable de personal que trabaja en los servicios de la estación, e incluso algunas se llegan a alquilar por días como alojamiento. Es importante tener en cuenta que en una cota de 1.500 o 1.800 metros, durante la noche la temperatura puede descender por debajo de los diez grados negativos, y si no se cuenta con un vehículo bien acondicionado, puede ser un verdadero problema.

Trysilfjell Caravanplass en Trysil (Noruega)

Fuera de nuestras fronteras, es más fácil encontrar un camping junto a estaciones de esquí, pudiendo ir andando hasta el remonte más cercano, e incluso, en algunos casos hasta llegar a tu caravana deslizándote con los esquís. Estos campings a pie de pistas, frecuentes en los Alpes y estaciones de esquí escandinavas, suelen contar con los servicios habituales de los campings, adaptados a las condiciones de la nieve, con amplios espacios comunes para el après ski, ya que, en temporada invernal, todo está cubierto de nieve más allá de los viales que se limpian para facilitar el tránsito. Disfrutar de unos días de esquí en un lugar así puede ser un sueño, aunque hay que tener en cuenta que necesitas una buena caravana preparada para el frío, y un vehículo tractor que te permita llegar sin dificultad a un paraje lleno de nieve.

 

Huyendo del frío

Así como muchos adaptan su vida en lugares fríos y disfrutan del camping, otros, sin embargo, hacen largos viajes con su caravana o autocaravana en busca de las bondades de los climas suaves del invierno en algunas zonas de los países del sur de Europa. Especialmente en la costa mediterránea, y, sobre todo, concentrados entre Valencia, Alicante, Murcia y Andalucía, muchos europeos del norte y del centro pasan los meses más fríos en campings de nuestras costas. Además de disfrutar de un clima más agradable, con la subida de precios y la escasez de recursos energéticos de los últimos meses, el turismo energético está creciendo de manera importante ya que las necesidades para mantener las viviendas en los países más fríos resultan tremendamente costosas. En nuestras costas, encuentran en estos meses temperaturas casi como las de sus veranos, y, además, viven con unos gastos de vida muy inferiores a los de sus países de origen. Aunque ya desde hace años era habitual verlo con jubilados centroeuropeos, hemos podido observar cómo, con la evolución del teletrabajo, crecen los que optan por trabajar a distancia desde los mejores rincones de las costas españolas durante parte del otoño e invierno, disfrutando de nuestro clima y forma de vida, con los sueldos de sus países. Cuando se suavizan las temperaturas en sus lugares de origen, regresan y pasan allí los meses de verano, ya que los de aquí les resultan muy calurosos. Un buen ejemplo de esta forma de vida la hemos podido ver en los campings Alannia Resorts, especialmente en el Alannia Costa Blanca, en Crevillente (Alicante), donde se pueden contemplar perfectamente instalados para una larga temporada a muchos ingleses, holandeses, alemanes e incluso nórdicos, que han recorrido unos cuantos miles de kilómetros para disfrutar de un apacible invierno. Poco a poco, este ejemplo también va calando dentro de nuestro país, y van creciendo los que desde el norte, o la España interior, reservan unos días de descanso en invierno, o una pequeña temporada para cambiar los fríos y desapacibles días por otros más livianos, que, incluso, ocasionalmente hasta permiten darse un baño. Además de estas ventajas, este cambio de residencia, para muchos, resulta más económico que mantener aclimatadas sus viviendas durante los días más fríos.

Caravana en Alannia Costa Blanca

Si en pleno invierno quieres huir de las bajas temperaturas, puedes visitar la costa alicantina, con la comodidad y servicios de los resorts Alannia Costa Blanca, y Alannia Guardamar, aprovechando a visitar la ciudad de Alicante, o Elche, las playas del levante, las salinas de Santa Pola y Torrevieja… En Murcia, puedes recorrer el entorno de La Manga, desde allí mismo, en el Capfun La Manga, o, muy cerca de allí, la monumental Cartagena, Caravaca de la Cruz, el Cabo de Palos y los antiguos pueblos pesqueros de Águilas y Mazarrón. O si, deseas algo más al sur, desde Almería hasta Málaga, hay increíbles lugares que visitar y también, habitualmente, con muy buenas temperaturas.

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